miércoles, 18 de enero de 2017

LA LISTA DE COSAS QUE NO DEBES HACER EN UNA BIBLIOTECA


¿Alguna vez te has topado con esa persona que no deja de molestarte mientras que estudias? ¿Alguien masticando durante más tiempo que muchos mamíferos? ¿Una llamada que no te incumbe? En resumen, la biblioteca es ese lugar donde todo el mundo debería comportarse… pero no todo el mundo sabe.
Por este motivo, hemos realizado una lista para los más despistados (y para los que se lo hacen) sobre lo que no se debe hacer dentro de una biblioteca:

NO HABLAR O PERTURBAR EL ESTUDIO
Parece una obviedad, que en un lugar donde se requiere en la mayoría de los casos un silencio sepulcral, todavía tengamos que repetir ese fastidioso “shhh” para recordarle a la gente donde está. En una biblioteca amigo, no nos interesa qué vas a come, la música que te gusta (bájate el volumen) o si tienes partido justo después.
 

NO COMER
Está bien un caramelito porque quizá te ayude, con la tos, con el sueño o simplemente a entretenerte mientras estudias Platón (que como todo el mundo sabe le encantaban las golosinas) pero no es el lugar donde montarte un campamento. Si te planteas merendarte un bocata de chorizo (o derivados) tienes la salida justo por el mismo sitio donde entraste. Luego puedes volver, obviamente.

NO UTILIZAR EL TELÉFONO MÓVIL
Ni para mirar la hora, ese debería ser nuestro lema. Pero existe una realidad en pleno 2017 y es la siguiente: NO PODEMOS VIVIR SIN TELÉFONO. Según la consultora Oracle Marketing Cloud no podemos aguantar más de una hora sin consultar el móvil y lo miramos aproximadamente 150 veces diarias… ¡Pero cómo puede ser!

Además de evitar las llamadas de madres y amigos cuando estés en la biblioteca, ten en cuenta que quizá puedas molestar a tu “vecino” de estudio tanto mirándolo como con ese sonidito/soniquete que produces cuando escribes.

OJITO CON LAS TECLAS
Los portátiles. Está claro que no todos estudiamos lo mismo, ni tenemos los mismos métodos, ni necesitamos las mismas herramientas, pero es posible en ocasiones evitarnos la molestia.

¿Cómo? Pues sencillo. Si vas a estar escribiendo Los Pilares de la Tierra traducido al Klingon es mejor que te sitúes en la zona destinada al uso de ordenadores. No te lo podrás creer, pero la biblioteca está dividida en varias zonas y no es algo realizado precisamente al azar. Existen zona de estudio, zona informática, zona de estudio en grupo, salas de trabajo grupal o zona audiovisual, sitúate en la tuya.

NO VOLVER A PONER LOS DOCUMENTOS CONSULTADOS EN LA ESTANTERÍA
Parece que ayudas, pero la realidad es bien distinta. Coges un libro y lo dejas en el lugar donde estaba, pero…como humanos nos equivocamos y es probable que en un descuido no lo dejes exactamente en el mismo lugar. Cada libro está etiquetado con tejuelos y clasificado en función de diferentes categorías que hacen que su recuperación sea simple y sencilla. Ese trabajo es una ocupación del bibliotecario y es por este motivo que existen mesas para depositar los libros consultados. Más fácil para ti, más fácil para él.
 

NO A LOS TICS
¿Tienes delante a un chico que golpea la tapa del bolígrafo como si fuese un martillo? ¿Te gustaría tener un martillo? ¿La chica que mueve las piernas de forma repetitiva? Nos referimos a los tics evitables. A jugar con una goma de borrar, a los golpecitos con los dedos en la mesa compartida, etc. No estudias solo, recuerda que lo que a ti te relaja, probablemente a otras personas les altere.


NO INVADIR EL ESPACIO PERSONAL DE OTRO
Un minuto de ir al baño puede suponer que ya no tengas espacio ni para poner los codos. En la actualidad las bibliotecas tienen un diseño que permite (en la mayoría de los casos) saber cuál es nuestro lugar y no sobrepasarlo. Si no es así, intenta ocupar el mínimo espacio posible y dividir de forma generosa tu lugar. No ocupes con folios vacíos un espacio que puede servir de escape a los demás.

RESPETAR LAS INSTALACIONES
No hay nada más que decir.

Y ADEMÁS DE TODO ESTO JAMÁS DEBES LLEVAR UN MONOPATÍN, TACONES NI ALTAVOCES SURROUND.

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